UN TEMPLO PARA ESCAPAR                                                                                                                Una casa debe ser un lugar de escape donde se puede descansar y relajarse después de un ajetreado día, vivir el afecto de sus seres queridos, lejos del estrés y de la vida agitada. Veo una casa como un lugar sagrado, un templo en el que viver la intimidad y el aislamiento, lejos de todo y de todos. Todo dentro debe llamar la pureza, colores, formas, olores deben transmitir tranquilidad y paz. Simetrías, colores neutros, formas que recuerdan la arquitectura del templo griego revisitado en uno espacio moderno, amplios y luminosos y la relación con la naturaleza son mis ideas de perfección. El caos, el ruido, las luces y los colores deben rodear a este espacio "sagrado" y tienen que interactuar con él sin entrar en ellos para hacer este concepto aún más fuerte. Según lo declarado por Palladio es necesario el uso de los números para determinar una relación armoniosa en las proporciones de los proyectos arquitectónicos. La importancia del módulo como unidad de medida que rige la relación de proporcionalidad entre las partes. Mi proyecto se basa en la idea de la proporción y la simetría típica de los edificios antiguos. Como dice Vitruvio, el templo es la máxima expresión de la teoría y composición modular "se basa en los principios de simetría, el arquitecto debe cumplir estrictamente[...], porque no hay templo que puede tener una composición equilibrada sin tener en cuenta la simetría y proporción, como lo es para la perfecta armonía de los miembros de un hombre bien formado ". Para aplicar esta teoría de las proporciones es también necesaria asumir la presencia de un material perfecto, a prueba de manipulaciones y libre de cualquier mutación. El uso de formas puras debe ser comparado con la luminosidad. Por lo tanto, un templo para escapar debe ser muy amplio y luminoso. Mi arquitectura se convierte en un medio para alcanzar la pureza del espíritu a través de la pureza de lo que nos rodea. Una corriente que inicia desde el exterior para llegar al alma, amplificado con el mi entorno caótico.